

Te enfrento con dilemas morales, pero rara vez, si es que alguna vez, tomo una decisión por ti. Expreso opiniones personales. Tengo conversaciones. Te sacudo y sacudo tus creencias. Entro a tu mundo y me relaciono con tu realidad, pero también te ofrezco una realidad diferente y altero la forma en que ves las cosas. Tu interacción conmigo crea nuevas conexiones en tu cerebro. Ayuda a liberar esas creencias tóxicas que te detienen.
Soy compasiva. Eres una persona para mí. Estoy integralmente presente contigo. Yo comparto tu dolor. Te sujeto cuando sientes como si estuvieras cayendo. Guardo y mantengo tu esperanza mientras te recuperas y no puedes mantenerla por ti mismo. Te ofrezco un servicio integral y te ofrezco mi apoyo tanto en sesión como en momentos de crisis. Estoy aquí para ti.
Yo uso el humor. La terapia ya es un proceso lo suficientemente difícil, sin necesidad de ser demasiado serios al respecto también. El humor es un gran sanador y un gran transmisor de ideas. El humor nos une.
Me gustaría contarles un poco sobre cómo pienso sobre la terapia, cómo soy como terapeuta y qué pueden esperar al trabajar conmigo.
Me gusta amoldarme a las necesidades de cada paciente. Intento ser la parte de ustedes que necesitan que sea. Puedo ser maternal para los jóvenes. Puedo ser pedagógica o más filosófica.
Doy nuevos mandatos para corregir las creencias que te incapacitan. Doy permiso para ser. Proporciono un espacio seguro para ser real, aún más cuando ser real duele.
Te ayudo a comprender tu historia y cómo funciona en la forma en que te sientes y actúas hoy. Te doy narrativas alternativas para tu vida, y cómo las cosas te afectaron y repercuten hasta hoy en ti. A veces, estas historias que conoces sobre ti te están reteniendo. Reconocemos las historias que conoces y creamos otras nuevas procesando las anteriores.
Hoy veo el mundo entero en términos de sistemas. Las interacciones sociales no son diferentes. Cuando hay más de una persona interactuando, ya se forma un sistema. Así, tú y yo en un espacio terapéutico formamos un sistema. Yo soy una persona y existo en este espacio como tal, con mi historia, mis opiniones, mis prejuicios, mi estilo. No puedo NO estar aquí. Estoy presente integralmente y tu contacto conmigo, mis ideas y mi forma de ver el mundo, son parte del proceso terapéutico, al proveerte de perspectivas diferentes a las tuyas.
Tu familia es un sistema con todas sus partes interrelacionadas, las cuales forman sub sistemas (cónyuges, hermanos, etc.). Cuando un integrante del sistema cambia su comportamiento, los otros integrantes reaccionarán naturalmente con sus propios cambios. Lo interesante es que no sabemos cuál va a ser el cambio en la reacción de los otros miembros del sistema, sólo sabemos que habrá un cambio.
Uno no puede cambiar al otro. Eso es asunto de él. Lo que uno sí puede hacer es cambiarse a sí mismo, cambiar como uno reacciona ante el otro y también como se relaciona con éste. Esta es la responsabilidad que cada uno tiene y es la única forma de influenciar cambios en el otro. Siendo que las relaciones humanas se dan en sistemas, donde todas sus partes se conectan entre sí, cualquier cambio en una de las partes, alterará el sistema y, por ende, la dinámica de sus relaciones.
En mi visión, el trabajo terapéutico no se hace en sesión, se hace allá afuera, en el mundo, y el mérito de lo que consigues y cuán lejos llegas, es todo tuyo. La idea es que adquieras la consciencia, y las herramientas para vivir tu vida de manera más plena y satisfactoria.
