¿Qué es Metabolismo Emocional?
- Marcela Collado
- Feb 16, 2018
- 4 min read

Metabolismo es una palabra que muchos de nosotros usamos, pero puede que no sepamos exactamente qué es. Suena científico, suena importante, y la mayoría de nosotros sabemos que queremos tener un metabolismo mejor, más rápido, más eficiente. Pero, ¿qué es exactamente el metabolismo?
Les voy a dar una definición simple: metabolismo es el proceso mediante el cual nuestro cuerpo toma el aire que respiramos, la comida que comemos, el agua que bebemos, y todas las substancias que entran en nuestro cuerpo, y lo transforma en combustible y en los bloques de construcción que necesitamos para nuestra sobrevivencia biológica, al mismo tiempo que neutraliza cualquier cosa que sea tóxica para el cuerpo humano y su funcionamiento. Entonces, claro, ¡tiene mucho sentido que todos queramos un excelente metabolismo!
En realidad, tenemos un poder metabólico mayor del que creemos o nos damos cuenta. No solo tenemos un metabolismo biológico, sino que también tenemos otro metabolismo, prácticamente desconocido, el Metabolismo Emocional.
La mayoría de nosotros vivimos las emociones como algo que NOS ocurre. Cuando digo emociones, me refiero a sentimientos que van y vienen. Algunos de nosotros somos más emocionales que otros, algunos de nosotros tenemos dificultad para controlar nuestras emociones, y otros las mantenemos bajo estricto control. A veces, las emociones nos ganan; a veces, ellas reflejan lo mejor de nosotros mismos, nuestra dedicación, nuestra compasión, amor, coraje, fe, etc.
El término Metabolismo Emocional explica que estamos constantemente viviendo un flujo de emociones generadas desde adentro y emociones que son inducidas desde afuera por las emociones de los otros.
Las emociones necesitan ser procesadas, elaboradas, al igual que necesitamos procesar la comida que entra en nuestro sistema. El Metabolismo Emocional es una parte de nosotros que se esfuerza por integrar las emociones que nos hacen bien, al mismo tiempo que nos protege de las emociones que nos deprimen o nos afectan de manera negativa. En otras palabras, sentimientos de todo tipo deben ser digeridos, asimilados, y si no nos sirven, deben ser neutralizados y excretados.
¿Se han sentido alguna vez estancados, obstruidos, paralizados o en un aprieto? Ese es su Metabolismo Emocional que está un poco “constipado”.
¿Les ha pasado que alguien les expresa enojo o los juzga en una situación que no lo justifica, y se quedan con una sensación de haber sido asaltados o sintiéndose un poco atontados? Ese es su Metabolismo Emocional que se siente maltratado. Es como cuando uno come una comida que no está en buen estado.
¿Han pasado por momentos en su vida en los cuales parece que las estrellas están alineadas, están de muy buen humor, todo les fluye, y nada los puede detener? Ese es su Metabolismo Emocional funcionando súper eficientemente.
El punto es que, es igualmente importante prestarle atención a nuestro Metabolismo Emocional, de la misma manera que le damos importancia a nuestro metabolismo biológico. No sólo ambos son esenciales para la vida, ellos SON la vida. Tal cual en el caso del metabolismo biológico, el Metabolismo Emocional necesita atención, ser estudiado, y examinado con curiosidad constante. Ambos nos pueden hacer sentir constipados, débiles, fatigados, demasiado activos, demasiado inactivos, y más.
Así como podemos pasarnos la vida comiendo comida chatarra, y dañando nuestro organismo y nuestra salud sin darnos cuenta, también podemos pasarnos la vida generando e “ingiriendo” constantemente emociones chatarra, preocupaciones interminables, celos, envidia, juicios, miedos, enojos indeseados, auto ataques, desilusiones y más.
Necesitamos que nuestro Metabolismo Emocional sea un proceso consciente. Tenemos que participar en la regulación y vivencia de nuestros propios sentimientos de manera activa e inteligente. Así como es imprescindible elevar nuestra comprensión de nuestros procesos nutricionales, tenemos que hacer lo mismo con el flujo interno de nuestros sentimientos.
La brillante científica Dra. Candace Pert, escribió un libro revolucionario llamado “Las Moléculas de la Emoción”, y en su trabajo demostró que esencialmente, todos los pensamiento y sentimientos tienen un equivalente químico en el cuerpo. De hecho, esto DEBE ser así. Somos seres bioquímicos, y todos los químicos en el cuerpo están involucrados en el proceso del metabolismo. Algunas de las moléculas de la emoción incluyen la serotonina, dopamina, oxitocina, estrógeno, testosterona, acetilcolina, y las endorfinas, así como una larga lista de moléculas peptídicas que aún tienen que ser descubiertas.
Les contaré una manera muy simple de darle un uso práctico al concepto de Metabolismo Emocional en su vida.
Muchas veces, reprimimos nuestras emociones, después de todo, cuántos de nosotros quieren andar por la vida demostrándole a todo el mundo lo enojados que estamos, o nuestra depresión, celos, pena, miedos, y desilusiones. Estas son emociones que muchos de nosotros tendemos a esconder o reprimir. Podemos hasta escoger esconder nuestros anhelos de amor, deseo o intimidad, simplemente porque nos intimidan.
El resultado es una constipación emocional, un metabolismo emocional lento y poco eficiente. Pasamos por una acumulación artificial de contenido emocional en nuestro sistema que necesita ser expresado. Muchas veces, estamos emocionalmente constipados, y no podemos, o no queremos, expresar nuestros sentimientos, o ni siquiera admitir a nosotros mismos que los tenemos. Buscamos bajar el estrés de estas emociones con algo que nos da una sensación de confort, como por ejemplo, la comida, entre otras cosas.
El acto de suprimir nuestras emociones es literalmente un estresor fisiológico del sistema. Es lo mismo que tener que ir al baño, y aguantárselo por demasiado tiempo. No es natural, no es necesario, y nos hace daño. El estrés que resulta de retener nuestras emociones siempre busca una salida, un alivio. Y la comida es una de las maneras más comunes de buscar alivio. Para muchas personas, comer en exceso, darse atracones, y comer emocionalmente son una forma de liberar esas emociones nos piden que las expresemos o procesemos. Nuestros sentimientos quieren que les prestemos atención, y cuando no consiguen que lo hagamos, pueden hacernos tener todo tipo de comportamiento indeseado con relación a la comida, lo que por supuesto, ¡sí nos llama mucho la atención!
Los sentimientos existen para ser sentidos. Eso no significa que tengamos que necesariamente actuar todos nuestros sentimientos. Cuando nos permitimos sentir un sentimiento, éste tiene una duración de vida natural, y nuestro Metabolismo Emocional lo regula de una forma natural.
Así que éste es el remedio, comiencen a sentir sus sentimientos, sean honestos consigo mismos a respecto de ellos, examinen qué hay detrás de ellos, escuchen con atención qué les están pidiendo, dejen que los inunden, no luchen contra ellos, no traten de esconderlos, dejen de pretender que no tienen esos sentimientos. Sean reales, sean auténticos, sean rigorosamente honestos consigo mismos. El resultado será un Metabolismo Emocional bien regulado, y una relación mucho más feliz con la comida.
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